Divisas Digitales. ¿Burbuja o evolución natural?

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En primer lugar, me gustaría agradecerle a mi queridísimo MuR3 la oportunidad de utilizar este site para poder compartir algunas reflexiones sobre un tema realmente apasionante y del que se está hablando mucho últimamente en los distintos medios, el mundo de las divisas digitales ó criptodivisas. Para mí, todo comenzó en el año 2009 cuando un martes cualquiera recibí una llamada que me decía «tío hay que mirar esto – se está montando algo gordo«. Desde entonces, no he dejado de ser consciente de su evolución.

Es cierto, lo reconozco, el un mundo de las criptodivisas es muy complicado. Si el sistema financiero actual, al que tanto se ha criticado por su impacto social en las distintas crisis financieras que nos ha tocado vivir, ya resulta incomprensible para la mayoría de los mortales explicarle a alguien los aspectos más técnicos del bitcoin o simplemente como se generan para poder responder a la pregunta («Vale, pero, ¿y eso, como funciona?)», es un desafío en si mismo. Nacido y criado en la cuenca minera, con pólvora y antracita aún corriendo por las venas, a mí lo de que los mineros no llevasen ni martillo, ni casco, ni lampara, y generasen cuartos «en formato digital«, correcto – pero no me encajaba del todo. Sin embargo, me parecía un tema asombroso por la profundidad de las potenciales implicaciones sobre los distintos ámbitos: político, económico y social.

La cuestión de fondo es si estas monedas digitales son un «artefacto» pasajero que se podría transformar en burbuja y caer en el olvido, o han venido para quedarse y son en realidad una consecuencia natural de la evolución tecnológica y social que estamos experimentando para un futuro no muy lejano.

El aspecto más interesante de las divisas digitales es probablemente el más complejo, su naturaleza digital.

Para poder entenderlo, es necesario considerar la transformación social a lo largo de los años («usos y costumbres«), los medios tecnológicos disponibles a su alcance en cada momento del tiempo y cómo esto se refleja históricamente sobre los distintos medios de pago. Podríamos establecer un punto de partida con el sistema del «trueque» donde dos partes realizan un intercambio de bienes y/o servicios sin mediar la intervención del dinero, «yo te doy una cabra por cuatro gallinas» de toda la vida. En este caso, la arbitrariedad de las transacciones y la aparición de las primeras formas básicas de comercio motivaron que los medios de pago evolucionasen hacia un formato con una naturaleza no perecedera, fácilmente divisibles, inalterables y se pudieran almacenar/ transportar con facilidad, no era en absoluto una cualidad intrínseca de la pobre cabra. Es por esto, que se comenzaron a utilizar metales (oro, plata, cobre) o piedras preciosas como medio de pago. En una fase posterior, este sistema evolucionó, dividiendo el metal en pequeños trozos y marcándolos de forma característica para autenticarlos y poder reflejar su valor, se había empezado a acuñar moneda.

El incremento de la actividad comercial, la aparición del papel y considerando que la cantidad existente de metales es limitada en el planeta tierra, motivó entre otros factores el siguiente paso, la impresión del papel moneda. En este caso, la facilidad del transporte fue un driver fundamental. Imaginad llevar al banco 500 euros, en monedas de un céntimo… este aumento en los flujos comerciales hace necesario llevar un control de las transacciones realizadas en un libro mayor donde se vean reflejados de forma persistente los movimientos de entradas y salidas.

Este sería el punto de partida a finales del siglo XIX, pero la evolución tecnológica motiva varios hitos que me parecen muy relevantes: la consolidación del uso del ordenador personal e internet y la aparición de los smartphones. La digitalización progresiva de la sociedad ha cambiado radicalmente nuestras costumbres (como realizamos compras, como comprobamos el saldo de la cuenta del banco), la forma en la que intercambiamos información y mostramos opiniones y gustos (redes sociales) incluso la manera en la que buscamos y filtramos información, ahora todo esta en la palma de la mano.

¿Es tan descabellado pensar que si ya la mayoría de las transacciones son ya electrónicas, si la tendencia ya no es llevar billetes en la cartera, el siguiente paso es utilizar una divisa digital? Es una realidad, existen muchas y algunas se están asentando como forma de pago reconocida en la industria financiera, con volúmenes diarios muy significativos en los mercados y la volatilidad característica de instrumentos especulativos de alto riesgo. Pero uno de sus principales escollos para el pequeño inversor, es que la mayoría no disponen del respaldo de un gobierno, pero China ya ha dado un paso en esa dirección …han creado su eYuan, no se si es casualidad, pero os recuerdo que también fueron ellos los primeros en imprimir papel moneda.

Confío en que este post os resulte interesante y os invite a reflexionar, gracias a la tecnología y la digitalización nuestro mundo y manera de vivir en él cambia muy deprisa, a una velocidad nunca vista antes…..cuestionaros si realmente es otro paso natural en la evolución o si parece ciencia ficción, pensad en la cara que puso vuestro abuelo la primera vez que vio un teléfono móvil…..brujería!!! ¿Dónde está el hombrecillo metido? ¿Ahi dentro? Tal vez después de esto empecéis a ver las monedas digitales de otro modo.

Un comentario en «Divisas Digitales. ¿Burbuja o evolución natural?»

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